En 30 años, Rosatel se convirtió en un referente en el país y viajó más allá de la frontera, hacia otros países de América Latina. Hoy, con 53 años y viviendo en Portugal, habiendo estado mucho tiempo alejado de la empresa que creó, decidió volver a conectarse con las rosas y lanzar QRoses, un servicio de entrega de rosas de lujo.
A su lado está su esposa Talia Zeni, abogada de 44 años, y su socia Janice Seinfeld, de 54. Fue junto a la primera que, durante el período de la pandemia, decidió dejar Sudamérica para ir a Europa. Dejó atrás Rosatel, que ya había abandonado hace varios años, para crear una empresa de juguetes infantiles a la que todavía sigue vinculado.
En su cabeza tenía la vieja idea de llevar el negocio de las rosas al mercado europeo. “Fue una gran experiencia en Perú. Sólo vendíamos rosas de calidad y de tallo largo. Llegamos a la clase alta limeña, ganamos premios empresariales”, recuerda.
A pesar de todo su éxito, eventualmente lo dejaría para crear una agencia de marketing y publicidad, que luego lo llevó al desarrollo de productos y juguetes. “En cuanto a las rosas, siempre pensé que podríamos llevar el producto a un mercado superior. Rosatel, desde que me fui, perdió su lado premium”, señala.
De vuelta a las rosas. Estas no son flores cualquiera. Vienen directamente de Ecuador y Colombia. “Ecuador es el país con las plantaciones de rosas más grandes del mundo. Y estas rosas tienen un tallo largo y un cogollo grande”, explica. “Por aquí cortan los tallos de las rosas. Para mí eso es mutilar la flor, porque es una de las cosas más bellas”.
Las flores viajan directamente en avión, completamente climatizadas para garantizar su frescura. Entonces es hora de empacar todo en una “caja hermosa y premium” con “atención al detalle”. “Intentamos darle texturas a la caja. Dentro hay papel de seda que cubre las rosas y debajo una bolsa que mantiene húmedas las flores”, destaca. De su paso por Perú todavía recuerda una de las quejas recurrentes de los clientes, que es precisamente la base de toda la idea de este negocio en Portugal.
“Siempre preguntaban si la persona ya había recibido el pedido, porque 'todavía no he dicho nada'. Por eso quisimos aprovechar la tecnología y creamos un código QR que va en cada caja”. Quien envía las rosas puede personalizar un mensaje escrito, al que se puede acceder mediante el código. Y en esta llamada, quien la reciba podrá reaccionar inmediatamente “con unos sencillos iconos”.
Finalmente, la última pero no menos importante garantía que ofrece QRoses es la rapidez en la entrega del pedido. “En Portugal, normalmente se entrega al día siguiente. Garantizamos la entrega el mismo día”, asegura. “Quiero que las rosas le lleguen a mi novia o esposa ahora mismo, ya sea porque olvidé su cumpleaños o por otro motivo. Es una necesidad inmediata”.
Las entregas, por ahora, sólo se realizan en la zona del Gran Lisboa. Cada caja cuesta 160€ e incluye 18 rosas que pueden tener cuatro colores, el clásico rojo, rosa, blanco o melocotón.